El 6 de agosto
Unas semanas antes de su muerte, Cristo, acompañado de Pedro, Santiago y Juan, sube al monte Tabor para hacer oración; estando allí su rostro cambia de aspecto y sus ropas se vuelven blancas como la luz, aparecieron también Moisés y Elías conversando con Él, en esto se oye la voz del Padre que revela: Éste es mi Hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias: escúchenlo.